10 de diciembre de 2012

Benjamin Franklin / Observaciones sobre los salvajes

          «Después que se arregló el asunto principal, los comisionados de Virginia comunicaron a los indios en un discurso que en Williamsburg había un colegio, con un fondo para la educación de los jóvenes indios; y que si las Seis Naciones quisiesen enviar allí media docena de sus muchachos el Gobierno cuidaría de todas sus necesidades y de que les instruyesen en el conocimiento de los hombres blancos. Una de las reglas de la cortesía de los indios es no responder a una proposición pública el mismo día que se hace; piensan ellos que esto sería tratarla de una manera muy ligera y que la respetan tomándose algún tiempo para considerarla, juzgándola así como un asunto importante. Por esto, demoraron su respuesta hasta el día siguiente, en que un orador comenzó a hablar manifestando su profundo agradecimiento por la amabilidad del Gobierno de Virginia al hacerles aquel ofrecimiento; “pues nosotros sabemos muy bien –dijo él– cuánto estiman ustedes la clase de conocimiento que se enseña en estos colegios, y que el mantenimiento de nuestros jóvenes sería muy costoso para ustedes. Estamos convencidos por lo tanto que ustedes quieren hacernos un bien con su proposición y nosotros se lo agradecemos cordialmente. Pero ustedes, que son sabios, deben saber que las distintas naciones tienen distintos conceptos también de las cosas; y así ustedes no tomarán a mal el que digamos ahora que nuestras ideas sobre educación no corresponden a las de ustedes. Hemos tenido sobre esto alguna experiencia. Algunos de nuestros jóvenes se educaron hace tiempo en los colegios de las provincias del Norte; se instruyeron en todas sus ciencias, y cuando volvieron a nosotros, eran muy malos corredores, desconocían la manera de vivir en el bosque y no podían soportar ni el frío ni el hambre; no sabían cómo construir una cabaña, cazar un ciervo o matar a un enemigo; hablaban nuestro lenguaje imperfectamente y eran en conclusión inútiles para la caza, para la guerra y para el consejo; realmente no servían para nada. Pero aunque no aceptemos su amable ofrecimiento nosotros les quedamos muy obligados, y para demostrárselo les notificamos que si los caballeros de Virginia quieren enviarnos una docena de hijos nosotros nos cuidaremos de enseñarles todo cuanto sabemos y de hacerlos hombres”.»

Benjamin Franklin, "Observaciones referentes a los salvajes de Norte América", en Autobiografía y otros escritos 

No hay comentarios:

Publicar un comentario