Además de su reconocidísima labor
como autor, Jorge Luis Borges desarrolló una importante y constante tarea como
antólogo y recopilador. Publicó (solo o en colaboración) antologías de
literatura fantástica, de cuentos policiales, de poesía, e incluso llegó a
dirigir colecciones enteras de textos ajenos, como “El Séptimo Círculo”, monumental
homenaje a la novela policial de enigma.
Libro de los sueños (1976), quizás la más variopinta de sus
antologías, es, además de una prueba de su voracidad lectora, una manifestación
de su concepción de la literatura: cabe preguntarse en qué otro lugar podrían
convivir Sarmiento, Herodoto, Carroll y Quevedo sin el tamiz de la lectura
borgeana.
El prólogo –textualidad que Borges promovió a la categoría de género
literario– es una pequeña obra maestra que introduce al lector en los
sorprendentes relatos y poemas del libro.
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